jueves, 24 de noviembre de 2011

VIOLENCIA FAMILIAR

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VIOLENCIA FAMILIAR

Holanda abre 40 centros para hombres maltratados

Atenderán abusos físicos y psíquicos por parte de la pareja, y también a víctimas de venganzas de honor o de tráfico de seres humanos.


10.02.2009
Será ante todo un refugio para padres de familia golpeados por su esposa, jóvenes agredidos en su vecindario, homosexuales rechazados y musulmanes extranjeros desertores de su religión y desafiantes de tradiciones como la prohibición de los matrimonios con personas de otra cultura. (Gentileza Googleimages)
Holanda inauguró hoy 40 centros de asistencia para hombres víctimas de violencia doméstica, que no solo atenderán casos de abusos físicos o psíquicos por parte de la pareja, sino también a víctimas de venganzas de honor o de tráfico de seres humanos.

El Ministerio de Sanidad holandés explicó en un comunicado que "la idea es cuantificar este año la necesidad de este servicio y qué tipo de ayuda necesitan los hombres".

Será ante todo un refugio para padres de familia golpeados por su esposa, jóvenes agredidos en su vecindario, homosexuales rechazados y musulmanes extranjeros desertores de su religión y desafiantes de tradiciones como la prohibición de los matrimonios con personas de otra cultura.

"Hace 40 años, el maltrato a la mujer era un tabú; hoy presenciamos un fenómeno similar en relación con el hombre, quien por honor ha guardado silencio durante mucho tiempo", le dice a BBC Mundo, Cecilia Pérez Yánez, Coordinadora del Centro de Ayuda a Víctimas del Honor, una unidad de trabajo de la organización Blijf Groep.

"Pero finalmente las cosas están cambiando y el gobierno holandés ha decidido hacer frente a un problema que hasta ahora no había sido reconocido pese a estar presente todos los días en nuestra sociedad", explica.

Hasta ahora, las ciudades de Rotterdam y Utrecht eran las únicas que contaban con centros de este tipo, que fueron abiertos el año pasado y que funcionaban en calidad de proyectos piloto.

En entrevista con BBC Mundo, el sociólogo y autor de diversos estudios en la materia, Jos Kuppens, afirma que estas cifras muestran que la mujer puede ser tan violenta como el hombre y por la desventaja física, en la mayoría de las agresiones se utilizan armas, como cuchillos y otros utensilios de cocina.


 COMENTARIO

Esta noticia ha sido publicada en un periódico digital argentino.  En España no se informa de estas políticas igualitarias pues los españoles se podrían dar cuenta que la violencia familiar es bidireccional y esto no interesa para los fines electorales y económicos de algunos partidos políticos que se nutren económicamente de los fondos de la violencia de género, englobando en este concepto el concepto de la violencia doméstica.  Basta ver la memoria del Observatorio de violencia de género y violencia doméstica del CONSEJO DEL PODER JUDICIAL  para observar que no presentan estadísticas separadas de violencia de género y violencia doméstica. El negocio se vendría abajo.

UN EJEMPLO MÁS DE LA FALTA DE GARANTÍAS PROCESALES

Los artículos  153 y  157.2  del nuevo CÓDIGO PENAL ESPAÑOL  ha introducido el derecho de autor agravando los delitos cuando el infractor es el hombre. Esta situación está llevando a una caza de brujas de la cual es exponente el siguiente relato.

Jordi es un caso excepcional pues se ha demostrado su inocencia. Hay muchas personas inocentes en las cárceles a causa de la falta de garantías procesales principalmente en los tribunales de violencia contra la mujer que aunque se llaman tribunales especializados en la práctica son " tribunales especiales"  propios de un sistema totalitario
re de 2011

Un padre cumple condena al acusarle falsamente su hija de abusos que había cometido la pareja de su ex mujer

Acusado, enjuiciado y encarcelado por abusar sexualmente de su hija de seis años cuando en realidad era inocente. Parece el argumento de una película pero es una historia real que sucedió hace 13 años y que marcó para siempre a una familia. Después de seis meses de investigación, el programa El món a Rac1 ha reunido en el estudio a tres de los protagonistas de un suceso que se remonta entre los años 1997 y 1998 cuando Silvia, una niña de apenas seis años, le explicó a su madre que su padre abusaba de ella. La pequeña, cuyos padres estaban separados, efectivamente había sufrido abusos, pero el agresor había sido la entonces pareja de su madre. Explica que fue manipulada por el verdadero agresor y la falta de comunicación entre los padres (Jordi y Rosa Maria) derivó en años de sufrimiento.

El “calvario” empezó para Jordi cuando recibió la denuncia por presuntos abusos sexuales a su propia hija. Inmediatamente se le impidió mantener ningún contacto con la pequeña y tres años y medio más tarde la Audiencia Provincial de Barcelona juzgó los hechos. Aunque a Jordi se le hicieron dos perfiles psiquiátricos que evidenciaban que no cumplía con los parámetros de agresor sexual, fue condenado. Apeló la sentencia y volvió a perder. Es entonces cuando decidió ingresar voluntariamente en la cárcel. Can Brians se convirtió en su casa. Y asegura que siempre creyó que había sido su ex mujer la que había “maquinado” la historia.
La verdad, según han explicado, es que madre e hija fueron manipuladas por la pareja de la primera. Silvia, que ahora tiene 18 años, ha contado que su presunto verdadero agresor la “obligó” a decir que era su padre el que abusaba de ella y que solo se atrevió a contarle a su madre la verdad cuando ésta y su supuesto abusador se separaron. Pero la madre no le creyó: interpretó que la niña acusaba a aquel hombre para apoyarla ya que la separación había sido difícil.
Reencuentro a través de facebook
Años después Jordi intentó contactar a través de facebook con su hija y a raíz de ese mensaje Silvia le volvió a explicar a su madre quién fue realmente el abusador. Tras el sobresalto de la madre al conocer la historia real, padre, madre e hija pactaron una cita que fue “tensa” pero que sirvió para el “perdón mutuo” porque “los tres somos víctimas”, ha recordado la madre.
Jordi ha presentado una querella contra “el culpable que me quitó a mi hija, siete años y casi mi vida”. También pide una compensación económica por una sentencia que lo señaló injustamente.